02 diciembre 2005

Doctorando, que es gerundio

Metodología de la investigación

Bueno, pues ya terminó el suplicio del curso de doctorado. Como diría Julio César (¿o fue el Barcelona?): fui, vi y vencí. Para empezar a la sesión inicial no vinieron todos los alumnos, faltaron dos. El resto, o sea 8, sacaron sus folios nada más verme entrar y se dispusieron a copiar.

"Esto no es como las clases de la carrera", les dije. "Aquí es el alumno el que debe hacer la mayor parte del trabajo. Se pretende que ustedes aprendan a investigar, que sean capaces de hacer una tesis y que sea el comienzo de su carrera académica".

Tras ese comienzo les expuse la cruda realidad: "Ahora bien, que ustedes terminen este programa de doctorado no les garantiza que sean buenos investigadores. Un investigador primero nace y, luego, se termina de hacer. Nosotros podemos enseñarles técnicas, herramientas... Los mimbres para que ustedes tejan la red. Pero... a hacerse las preguntas relevantes no se puede enseñar".

"Posiblemente ni la mitad de ustedes tienen esa capacidad. Y, por otro lado, las previsiones de crecimiento de este departamento son cercanas a cero. Así que, si me permiten ser sincero, la inmensa mayoría de ustedes vienen aquí a perder su tiempo". Si, con todo, consideran que quieren seguir, adelante. Les animo a mostrar sus habilidades y, si son merecedoras de mi apoyo, me comprometo a sacarles adelante, pero no más de a uno".

Las caras de asombro me llegaron a asombrar, ¿se pensarían que los cursos de doctorado eran algo útil?
Así que para no desanimarlos más les pasé una bibliografía básica sobre epistemología y les emplacé para el jueves a las 14:00 horas. Eso si, les dejé caer que ese horario era innegociable y que el objeto del curso era que hicieran un trabajo sobre los libros propuestos. Nada más. Así que no era imprescindible acudir.

Espero que no venga nadie, que ya me había hecho a la idea de no dar un palo al agua en este curso, en lo que a clases se refiere, claro. Y, además, estoy buscando a alguien que me haga una presentación en flash de los proyectos para presentarlos espectacularmente en las Américas.

Ay, Mari Luz, que esto del doctorado es una cruz....

Doctorando, que es gerundio

Metodología de la investigación

Bueno, pues ya terminó el suplicio del curso de doctorado. Como diría Julio César (¿o fue el Barcelona?): fui, vi y vencí. Para empezar, a la sesión inicial no vinieron todos los alumnos, faltaron dos. El resto, o sea 8, sacaron sus folios nada más verme entrar y se dispusieron a copiar.

"Esto no es como las clases de la carrera", les dije. "Aquí es el alumno el que debe hacer la mayor parte del trabajo. Se pretende que ustedes aprendan a investigar, que sean capaces de hacer una tesis y que éste sea el comienzo de su carrera académica".

Tras ese comienzo les expuse la cruda realidad: "Ahora bien, que ustedes terminen este programa de doctorado no les garantiza que sean buenos investigadores. Un investigador primero nace y, luego, se termina de hacer. Nosotros podemos enseñarles técnicas, herramientas... Los mimbres para que ustedes tejan la red. Pero a hacerse las preguntas relevantes no se puede enseñar".

"Posiblemente ni la mitad de ustedes tienen esa capacidad. Y, por otro lado, las previsiones de crecimiento de este departamento son cercanas a cero. Así que, si me permiten ser sincero, la inmensa mayoría de ustedes vienen aquí a perder su tiempo". Si, con todo, consideran que quieren seguir, adelante. Les animo a mostrar sus habilidades y, si son merecedoras de mi apoyo, me comprometo a sacarles adelante, pero no más de a uno".

Las caras de asombro me llegaron a asombrar, ¿se pensarían que los cursos de doctorado eran algo útil?
Así que para no desanimarlos más les pasé una bibliografía básica sobre epistemología y les emplacé para el jueves a las 14:00 horas. Eso si, les dejé caer que ese horario era innegociable y que el objeto del curso era que hicieran un trabajo sobre los libros propuestos. Nada más. Así que no era imprescindible acudir.

Espero que no venga nadie, que ya me había hecho a la idea de no dar un palo al agua en este curso, en lo que a clases se refiere, claro. Y, además, estoy buscando a alguien que me haga una presentación en flash de los proyectos para presentarlos espectacularmente en las Américas.

Ay, Mari Luz, que esto del doctorado es una cruz....

01 diciembre 2005

Otra vez de tertulia

¿A que me alcoholizo?

Jooooooder. Pensaba yo que el tertuliano borrachín era lo más fuerte que había visto en televisión, excepción hecha de la irrepetible antología de la melopea que se marcó el señor Arrabal, años ha.

Pero resulta que no, que hay especímenes tertulianos aún más sorprendentes. Por ejemplo, el tertuliano reflexivo-que-va-de-guay-por-el-mundo. La leche de tío. Y encima también es profesor. Según me cuenta mi informada base de datos es de derecho, y es el típico tipo con complejo de Peter Pan. Invita a los alumnos a fumar porros (que pagan ellos) y luego se los fusila con la misma facilidad que yo me paso por el forro los consejos de departamento.
Para terminar el grupito de la noche, junto con el amigo de la ginebra, el guay-que-te-cagas con chaqueta de cuero negro y el telepredicador imparable estaba el rector, invitado esa noche para hablar del Plan Estratégico. Para romper con la monotonía el rector tuvo la palabra durante casi todo el primer bloque. Mi amigo el periodista apenas le interrumpió en un par de ocasiones y yo comprendí el atractivo de este hombre como candidato: cercano, dichanachero, hábil y certero en el uso del verbo.
A la primera oportunidad que tuvo el reflexivo (esto lo digo porque se pasó toda la noche con la mano derecha sosteniendo su barbilla), introdujo con una voz profunda y rotunda una pregunta absurda, pero dicha con tanta seguridad que parecía emanar de un conocimiento tan profundo que se nos escapaba a los demás:

– ¿Responde la universidad a las necesidades de la sociedad o es la sociedad la que transfiere a la organización universitaria sus paranoias y deseos en forma de peticiones formales? ¿Acaso no es lo uno reflejo de lo otro y viceversa?

El rector, que lujo de hombre, hábilmente se negó entrar a un trapo envenenado como ese y, con la gracia de un torero experto escurrió el bulto con una verónica y un pase de pecho:

– Esas son dos buenas preguntas, pero creo que debiera ser Macareno el que las responda, ya que él está más directamente involucrado en el proyecto de Plan.

Y con una sonrisa en los labios dirigió su mirada hacia mi, que por entonces andaba absorto viendo cómo el contertulio ginebrino se enchufaba el tercer vaso de la noche.

– Hombre rector, yo ...–balbuceé

El presentador esbozó una sonrisa malvada que se me clavó en el alma como una estaca de madera. El muy jodido se alborozaba con la patada en la boca del estómago que acababa de darme el rector y que amenazaba con cortarme el aire.
A veces, las neuronas piensan mejor cabreadas y, aquella sonrisa profidén, encendió los motores del engranaje que son los pensamientos. Tenía dos opciones básicas, envainármela con una faena de aliño que, en ningún caso, sería notoria; o trasladar la jodienda a otro.
Obviamente hice lo segundo:

– Yo, yo, me alegro que me des la oportunidad de expresar mi opinión a este respecto, pero creo que nuestro elegante amigo debiera explicar a la audiencia qué es lo que ha querido decir. Más que nada porque siempre se nos acusa a los científicos de resultar demasiado complicados para el resto de los mortales. Y, en nuestra universidad, no queremos dar esa imagen.

Y con la misma sonrisa que puso el rector para mirarme, miré yo al profesor de derecho.
Imborrable la cara que puso. Tan de nuevas le pilló la estrategia que cogió el vaso de ginebra sin darse cuenta. El dueño de tan preciado líquido, más fuera de sí que dentro del programa, intentó arrebatarle el vaso. Claro que, con tres copazos en el cuerpo (más lo que trajera de casa), sólo logró caerse, pasando antes su cara desencajada por el objetivo de la cámara. Esto puso aún más nervioso a nuestro colega, que bebió un gran sorbo de lo que él pensaba agua. La sorpresa le llevó a expulsar la ginebra sobre el borracho que, en ese momento, se levantaba del suelo.
Y pasó lo que tenía que pasar, le soltó un mamporro en toda la cara que le tiró de espaldas con la silla incluída.
Y así acabó el programa. Aunque me temo que mañana la Universidad volverá ser blanco de todas las plumas afiladas de la provincia, en esta ocasión serán los de otra facultad los que tengan que verse a los pies de los caballos.

Que cruz, Mari Luz, qué cruz.

30 noviembre 2005

Preparando la clase de doctorado

Quién me mandaría a mi ...

Mira que lo pensé. Tenía que haber sido más resolutivo y haberle cortado la cabeza al becario pelota por haber ido buscando voluntarios para el curso de doctorado. A veces este muchacho se pasa de servicial. Bueno, qué le vamos a hacer, al menos le adornan otras cualidades que le hacen útil para la vida universitaria.

Cuando me encuentro gente como ésta, siempre me acuerdo de un venerable profesor que tuve en cuarto de carrera que me decía que para la universidad hacían falta personas inteligentes, sólo personas inteligentes, que ya había suficientes necios fuera. Qué equivocado que estaba el pobre. En la universidad sólo hacen falta unos pocos inteligentes y muchos necios. ¿A qué se iban de dedicar si no los primeros? A manejar a los necios, obviamente.
A lo que vamos, a ver si siguiendo la vieja táctica de los romanos de divide y vencerás logro que los alumnos no asistan al curso. "Metodología científica" se llama el curso, y es de los obligatorios. He pensado poner un horario imposible para la mayoría y facilitar en lo posible la no asistencia. Para evaluarlos, como siempre, un trabajito, y nadie con sobresaliente, si acaso un par de notables y el resto aprobados y no presentados.
El primer año sentí algo de congoja cuando para dar los notables pesé todos los trabajos y les puse esa nota al más pesado y al más ligero. Claro, que se me pasó rápido. Ahora ya no siento nada. Bueno, si, mucha satisfacción cuando los uso para encender la chimenea en los días fríos de invierno.
El día 2 de diciembre comienza el espectáculo.

Si no fuera por el becario pelota ... este curso sería un full. Ay que lastimita Mari Cruz.

Plan de vigilancia y control

Y, de paso, a preparar las maletas.

Ayer no pude parar de darle vueltas al coco, y el jodido pelota no fue capaz de aclararme demasiado, así que anoche, en plena madrugada entre vuelta y vuelta insomne, tuve una revelación. Y esta mañana he dado las órdenes oportunas.

Mi revelación fue la puesta en marcha de un sistema de control de la asistencia a las clases del profesorado. Los términos iniciales de la ensoñación incorporaban unos chips con GPS incorporados en el cogote de los profesores, de manera que sobre un mapa del campus se podía saber dónde andaba cada uno en cada momento y junto a quién. Pero, claro, un proyecto así es irrealizable, más que nada por cuestiones presupuestarias.
Pero he ideado algo un poco menos caro y que logra cubrir dos objetivos. De un lado, controlamos al personal, de otro, creamos malestar entre conserjes y profesorado, de forma que las alianzas electorales sean más complicadas. En cuanto se lo he contado al equipo de gobierno, todo han sido parabienes y felicitaciones, así que ha sido terminar de hablar con el rector y venirme al despacho para dar las órdenes oportunas.
Desde hoy, es obligación de los bedeles vigilar si los profesores van por clase. El coordinador pensó que lo mejor era un control de firmas, pero yo insistí que lo que había que hacer era abrir la puerta de la clase y mirar adentro, de manera que se certificara que la clase se está desarrollando y que el profesor que está dentro es el que debe.
No parece que le haya gustado la idea, pero se ha tenido que aguantar cuando le he dicho que si tenía alguna duda no debía más que llamar al rector. Esta noche dormiré tranquilo. Después de esto, la próxima vez que dude, lo tendré claro: será miedo (ver el capítulo anterior).
Y, mira por dónde, también hoy me han comunicado que a primeros de mes tengo que estar en Argentina para contarles el H24 y el Unimatrix. ¡Qué bien! Aunque ahora no ser que les voy a contar...

Mari Cruz, Mari Cruz, si no sale el sol, yo enciendo la luz.

29 noviembre 2005

Y, ahora, curso de doctorado

Por si no fuera poco, contribución de enseñanzas propias a mi nivel de estress.

En estos últimos días las cosas no terminan de salir bien. Y es que no puedo por menos que comenzar a sospechar que hay una conjura contra mi. Y no es que yo sea un paranoico, pero desde un tiempo a esta parte parece que la gente me rehuye, las conversaciones de café se circunscriben a comentarios generales sobre el clima y, cuando entro en los despachos, las voces se cortan súbitamente o, lo que es peor, cambian rápidamente de tema.
De modo que la cosa está de forma que no se si es que la gente me tiene miedo o si es que las ratas comienzan a huir del barco que se hunde y yo no me he percatado de que tenemos una vía de agua. Tendré que poner al becario pelota a circular por la universidad, a ver si se entera.
En días como este es cuando echo de menos lo tiempos en que jugueteando con el FTP (yo le llamaba cariñosamente el FronTisPicio, parece que hace siglos) logré entrar en los buzones de correo de mis compañeros. No es que yo sea curioso, pero recuerdo que leyendo un poco por ahí y otro poco por allá me enteré de que me llamaban "el candidato", o "el tapado", incluso alguna se atrevió a denominarme como "ese cabrón egoísta y ambicioso". ¡Qué tiempos! Le di tanto por culo que terminó mendigando por el campus un cambio de departamento.
Y, para colmo de males, como si no tuviera suficiente con estar dándole todo el rato a la pelota con estos temas tan importantes, van los de tercer ciclo y me felicitan por que finalmente hemos logrado el mínimo para impartir el programa de doctorado. ¡Pues vaya gracia! Ahora tendré que prepararme las jodidas clases. Ahora bien, este año me niego a venir por las tardes, que ya está bien con tener que estar toda la mañana. Así que si quieren bien, y si no también, les pongo las clases de dos a tres de la tarde. Y el que no pueda venir, que se joda.

Desde luego, hay días en los que sería mejor no ver la luz, ¿qué no, Mari Cruz?

28 noviembre 2005

El consejo de departamento

La tarde de las cabezas cortadas.

Finalmente hubo un valiente. El inconsciente y constante Dorado hizo los honores, pero no lo anunció con antelación. Así que su paso al frente nos cogió tan de sorpresa como si hubiera salido del armario (cosa que no me extrañaría que pasara algún día, pero esa es otra historia).
La cosa comenzó mal, al interrogar como es preceptivo a los catedráticos de universidad, ni yo (por razones obvias), ni Álvaro (por inconfesables razones) levantamos el brazo. La negativa de Álvaro me cogió de nuevas, pues creía que no iba a desaprovechar la ocasión de hacerse con mi puesto. Más tarde comprendería yo el porqué.
Al preguntar entre los profesores titulares, nadie se movió, y eso que ese es un frente en el que gano por goleada. Claro, me perdió el exceso de confianza. Al pensar que Álvaro iba a ganar no preparé candidato alternativo. Así que llegamos al capítulo de la morralla, y entonces fue cuando se descubrió el pastel. Dorado levantó su mano y, acto seguido, Álvaro tomó la palabra para loar las bondades del candidato. Y, ya que estaba, comento sus buenas condiciones humanas, su rectitud moral y su "falta absoluta de mala leche". ¡Hay que ser cabrón! Encima atacando con bolas de acero.
Me cogió con el paso cambiado y la clara alusión a mi forma de llevar el departamento fue una tocada de pelotas que no me esperaba y que me escoció sobremanera. Así que le eché una mirada al secretario, ordenándole con los ojos que se presentara de inmediato. El muy imbécil, en lugar de eso, agachó la cabeza y se limitó a mirar el suelo.
"Será idiota", pensé. Pero no, no es idiota, simplemente es un hijo de puta con todas la letras. Casi me caigo de la silla cuando Dorado propuso como secretario al secretario. ¡Traición! grité para mis adentros y susurré para mis afueras, aunque los demás sólo escucharon una tos.
Para no dejar tiempo de reacción se procedió rápidamente a la votación, secreta, por supuesto. Y, cuando Dorado ya era director hizo algo que nunca olvidaré. Tiró las papeletas con los votos a la palera y les prendió fuego. "Así se garantiza el anonimato", dijo. Algunos me miraron, incluso unos pocos se sonrieron en mi cara.
Me han defenestrado. Al menos eso creen. No saben que ganar una batalla no es ganar la guerra. Aún tengo controlada la mayoría de los votos y, en esta coyuntura, mi poder en la comisión de gobierno puede chafar todas las propuestas que salgan de este departamento reaccionario. Ahora, lo más importante es lograr que en el rectorado no interpreten el resultado como una derrota personal. Tendré que hablar urgentemente con el rector.

Ay, ay Mari Luz que entre Dorado y Alvaro, me cuelgan en una cruz.

25 noviembre 2005

A 4 días del día de los subnormales

Que diría mi amigo el Dr. Criminal.

Mañana me toca dimitir de mi cargo en el departamento y, sí, ha habido un valiente-inconsciente que se ha atrevido a postularse como candidato a la nuevo director sin haber pedido mi consentimiento. Ya lo he dicho en varias ocasiones, pero estos son malos tiempos para el escalafón. Si es que ya no hay respeto para nada. Y no es una metáfora. Por ejemplo, hoy en una lista de distribución me he enterado que el 20 de noviembre es el día de los subnormales con todo el respeto para los de verdad. No terminaba de entender esa petición de excusas. Alguien en la lista hizo notar la coincidencia entre dicha celebración y el día de la muerte de Franco.
Y, ahí estaba el misterio, no es que realmente fuera el día mundial de los subnormales, sino que el susodicho sujeto lo denominaba así en honor de los que se congregan cada año en la Plaza de Oriente en este día, con perdón, para los subnormales. Reconozco que me hizo gracia, pero hasta cierto punto. Desde la transición comprendí que los tiempos estaban cambiando y que había que ir modificando las formas de puertas hacia afuera. Así logré seguir con mi carrera y que se olvidaran algunos pecadillos de juventud. Y, en 1982, con presteza me afilié al PSOE, por lo que pudiera pasar. Y pasó.
Con el cambio y mi nuevo estatus de demócrata de toda la vida pude seguir contra viento y marea. Pero, como decía, ese fue el principio del fin. Todo el mundo se cree con derecho a decirte lo que se le ocurre. Antes, en los buenos tiempos, un catedrático era una figura a la que reverenciar y todo bicho viviente en la universidad tenía que pasar por el aro de las órdenes de uno. Ahora, sin embargo, las costumbres se han relajado tanto que hasta el becario pelota se permitió el otro día el lujo de contarme un chiste y darme golpecitos en el hombro para animarme a la risa.
Pues, para mañana, este subnormal le va a plantar cara a los revolucionarios de nuevo cuño que desean cambiar las cosas. En este departamento, si está de Dios que algo cambie será porque a mi me ha salido de los cojones. Vamos hombre, que es que me ponen de tan mala leche que se me salta el ramalazo antiguo. Y es que, mal que me pese, en este sistema hay que ser más sutil para lograr que todo cambie, para que todo siga igual. ¿No dijo algo así Lewis Carrol?

Ay, ay, Mariluz bonito sería tener aún en las aulas la cruz...

24 noviembre 2005

La organización del trabajo y el EEES

¡Que viva Ford!

Hoy me ha caído eso que se llama una "patata caliente". Resulta que a las mentes pensantes de la siempre dispuesta a estandarizar Unión Europea, les ha dado por homogeneizar las titulaciones académicas, creando el Espacio Europeo de Educación Superior, o EEES, que más parece el vocablo de un tartaja que nada relacionado con la Universidad. La idea es que los titulados europeos puedan ejercer su profesión en cualquiera de los estados de la Unión sin demasiados problemas.
La cosa es que en Madrid y Sevilla han pensado (maldita manía esa) que sería muy conveniente ir adaptando nuestros procesos a la nueva situación y que vayamos efectuando unas guías de asignaturas para cada una de las carreras de las que tenemos docencia. Y, claro, como resulta que soy el catedrático de mi asignatura me ha tocado la realización de la susodicha guía.
El problema es que soy un poco descreído con todo este tipo de innovaciones, ya que he vivido varias reformas reformas revolucionarias y siempre las cosas han cambiado lo mismo: casi nada. Sin ir más lejos, la reforma de la LRU sólo sirvió para darle cobertura a los profesores que tradicionalmente venían tocándose los huevos o los ovarios (no vayan a cabrearse las universitarias progresistas) a la hora de preparar las clases, ya que tuvieron entonces la excusa perfecta para explicar sus incumplimientos: "verán, es que estaba investigando".
Bueno, lo dicho, que patata caliente al canto y encima coordinación de las operaciones a nivel andaluz de la asignatura. Esto ha sido una putadita del decano, seguro. Total, que se me ha ocurrido contarle al becario pelota lo interesante que sería para su carrera la elaboración de esa guía. Dicho y hecho, el tío se ha puesto a buscar información en internet como un loco y al acabar la mañana me había preparado tres versiones distintas de la susodicha guía. Hay que reconocer que el muchacho le pone ganas. Total que lo de la producción en serie es una gozada, sobre todo cuando son los otros los que tienen que hacer el trabajo.
Hoy me he dedicado a descansar de los efectos etílicos que me dejó la postertulia de ayer, y a tomar café en un par de ocasiones. La información obtenida, a buen seguro, será útil el día de mañana.

23 noviembre 2005

La primera tertulia

Intentando hacer oír mi voz.

A lo mejor, nadie me cree. Todo el mundo dice que es muy difícil callarme. Que siempre encuentro una salida, normalmente hiriente, para escapar de los atolladeros. Sin embargo, con mi amigo, el periodista monologuista, la cosa cambia radicalmente. El tema de discusión con el que arrancó el programa era, precisamente, el ridículo de la reunión del Plan Estratégico con la sociedad. Creo que sólo pude decir buenas noches.
El tío comenzó a soltar improperios contra el desvergonzado y vergonzoso profesorado de la universidad. Mientras, el tercer contertulio sonreía con deferencia mientras se trasegaba un lingotazo de ginebra disimulado en un vaso de agua. Con el soliloquio sobre el desangelado plan estratégico des-socializado llegamos al intermedio. El tercer contertulio debió de darse cuenta de mi indisimulado mosqueo y, con gesto comprensivo, me acercó la botella de ginebra. "Este es el único trabajo en el que te pagan por beber", me dijo.
Tras los anuncios, arremetimos, realmente arremetió, contra el servicio de basuras de la ciudad, que seguía produciendo pena desde las elecciones. Y eso que habían ganado los buenos (sus buenos, claro). En ese nuevo discurso me dejó intervenir en un par de ocasiones, una para afirmar una de sus propuestas y otra para decir que en mi barrio el lavado de los contenedores tenía el sucio efecto secundario de dejar unos pestilentes charcos en medio de la calle que luego los coches se encargaban de esturrear por los bajos de las fachadas y escaparates. Me quedé con las ganas de comentar algo sobre el reciclaje, pero no pudo ser. Mientras, el tercer contertulio estiraba su sonrisa a costa del transparente elixir con nombre de reina artúrica.
Así llegó el último de los temas, la proliferación de porno en las cadenas privadas. Nuevamente el telepredicador se arrogó el derecho de pernada sobre los que estábamos en el estudio y logró estar 15 minutos casi sin respirar. Increible. Creo que nunca he visto a nadie hablar con tanto sentimiento contra la depravación de las costumbres que significaban las trasnochadoras películas porno, la terrible incidencia de éstas sobre la productividad de los trabajadores y la poca influencia que tenían en la mejora de la tasa de natalidad (única cosa positiva de las mismas).
Pero, con todo, lo más increíble vino cuando terminó el programa y, para despedirse, anunció que a continuación se proyectaba la simpática cinta "Eva Jones y la última mamada". Creo que no se oyó, pero el contertulio de la ginebra se cayó de la silla del ataque de risa.

Ay, Mari Cruz, que mi esposa ya haya apagado la luz.

22 noviembre 2005

Reunión con la Asociación de Universitarias Progres

Y de cómo las vencí.

Si ya de por sí el fin de semana ha sido especialmente cansado (mi señora sigue empeñada en batir el récord guiness de polvos en 24 horas), para comenzar hoy me he tenido que enfrentar a la plana mayor de las universitarias progresistas. El viernes tuve buen cuidado de fijar la reunión a las 10, para así poder ojear los datos introducidos por el becario pelota en el ordenador. Resulta que Concha Hita es la presidenta y casi la única miembro. Me cuenta el becario que en la última reunión de la asociación terminaron las dos asistentes tomando café en la cafetería del edificio del estudiante.
O sea, que la pretendida asociación son dos gatas con los bigotes mojados y no una importante organización dentro del campus, como dijo mi nuevo amigo, el terrorista mediático. Pero, lo más curioso, resulta que la tal Concha estuvo hace dos años intentando sacar una plaza de profesor titular y su departamento le cerró el paso (más que su departamento, el clan de gobierno). A priori, la cosa pinta bien.
Concha llegó puntual, entró como una exalación en el despacho y se sentó frente a mi, sin saludarme y sin esperar a que la invitara. "¿Comenzamos ya o esperamos a que llegue el resto de tu junta directiva?", le dije con cierto recochineo.

– No creo que venga nadie más, a casi nadie le agrada hablar contigo, Macareno, ¿no te importa que te tuteé, verdad?
– No, Conchita, no me importa...
– Prefiero que me llames Concha ...
– Si, perdona Conchita. Uy, quería decir Concha.

Siempre he tenido mucha intuición para descubrir los cabreos ajenos, y el de Concha comenzaba a ser de proporciones bíblicas. Mejor, cuanto más cabreado se está, más difícil es pensar con claridad.

– Bueno Concha, tú dirás ...
– Pues digo que tu actitud para con la consejera no fue nada decorosa, por no decir que fue impresentable y que todas las mujeres progresistas de la universidad nos sentimos agredidas en la misma medida que la consejera.
– ¿Todas las mujeres progresistas? ¿Y dónde se han metido que vienes tan sola?
– Yo vengo en su nombre... Así que esperamos una disculpa pública y, no es nada personal, que presentes tu dimisión.
– Ya veo, ya...
– Ahora tengo cita con el rector y pienso exponerle que si no dimites, montaremos el pollo. Y te recuerdo que estamos en época preelectoral.
– Bueno. Ya le pedí disculpas a la consejera y ella las aceptó –mentí.
– Pues no tengo noticias de ello .... – esto lo dijo con un tono irónico que me jodió un montón.
– Seamos claros – estallé –, tu asociación está formada por tí y tres resentidas más contra el equipo de gobierno. Como sabes, es muy posible que volvamos a ganar y que, aún cuando consigas la acreditación tendremos que aprobar tu plaza. Obviamente, si yo no estoy en ese consejo de gobierno sólo tendrás enemigos en el mismo. Date cuenta que no sólo me jodes a mí, sino a la candidatura completa. Y estamos en época preelectoral. ¿Quieres ser titular antes de jubilarte?
– Macareno, ¿me estás chantajeando?
– No más que tú a mi. En realidad, te estoy diciendo que si tu no me haces pupa, yo no te lo haré a ti.
– Pero si acabo contigo ya no tendrás poder...
– O si, piensa que no estar en el equipo de gobierno no es sinónimo de no contar y, ya te lo dije, no sólo me jodes a mi.
– ¿Me estás pidiendo que me calle?
– Te estoy contando lo que podría pasar. Es un ejercicio de política ficción.

Ni que decir tiene que Conchita salió del despacho con el rabo entre las piernas y su bandera de progresismo enrollada en el cuerpo, para taparse las vergüenzas. Finalmente, no se reunió con el rector y yo me tomé un café a a la salud del becario pelota. Ese chico es una joya...

Ay, Mari Cruz, ya comienzo a ver la luz.

21 noviembre 2005

Las consecuencias de la nueva ley

Mira tú por dónde

Hoy he estado inconmensurable, increíble, insuperable, inmejorable. En suma, que he sido un cabrón de tomo y lomo. Resulta que hace unos meses nos tumbaron la plaza de un adepto con la excusa de falta de docencia. Bien es cierto que el colega no tenía ni tesis ni nada, a lo sumo una pistola y mucha mala leche, pero eso no es óbice para ser profesor. También es cierto que el departamento no pidió esa plaza, y que no se había decidido en qué área. Pero los muy capullos del área nos hicieron la cama de mala manera.
La vendetta ha llegado hoy. Y ha sido de todo punto legal, para variar un poco. Con la nueva ley, los profesores asociados a tiempo completo tienen que desaparecer y reconvertirse a alguna de las nuevas figuras. Claro que eso supone que los profesores tienen que ser acreditados por la ANECA previamente. Hoy ha llegado al consejo de gobierno de la universidad la petición del departamento de dos plazas de profesores contratados doctores, con la idea de que esas plazas fueran ocupadas por dos doctores debidamente acreditados. Pero, claro, la cosa es que las humanidades van de retirada y actualmente no hay docencia suficiente para todos los profesores. Al tener que volver a concursar, funciona el mecanismo que marca la ley y, claro, con la ley en la mano no hay docencia para esas contrataciones.
Hemos jugado al poli bueno, poli malo. Yo he hecho de malo y el vice de profesorado de bueno. Lo que nos hemos reído luego. Si es que ya lo dice el refrán, dónde las dan las toman. Y cuando yo me pongo a dar, me quedo solo. Y lo mejor de todo es que este sistema es ideal para el juego de poder. Porque se va a poder elegir a quién le sacamos la plaza y a quién no. Que yo termine dando vivas a la ley contra la que he rajado tanto... Qué cosas ...

Ay, Mari Luz, esto no saben que se les viene encima una cruz...

18 noviembre 2005

El lío social del Plan Estratégico

Al menos, no estaba yo

... Y, por eso, no quedé mal. Si ya la Universidad tenía mala fama, lo de hoy ha sido para cerrar la puerta y tirar la llave. No ha podido ser más bochornoso. Resulta que estamos haciendo un Plan Estratégico de la institución. Es este un macroproyecto en el que se quería involucrar a la mayor parte de los profesores y, desde luego, a esa sociedad que siempre nos acusa de actuar a sus espaldas.
Como el equipo rectoral tiene claro que es muy importante que haya mayor conexión con las fuerzas sociales, en parte para que se mojen en la financiación de la Universidad, en parte para paliar la desastrosa imagen que tenemos, se optó por crear un grupo de "Relaciones Universidad Sociedad: el binomio perfecto". Hoy era la primera reunión del grupo y llegada la hora de la misma, de la sociedad estaban casi todos los integrantes, pero de la universidad faltaban todos menos la coordinadora. Los representantes de la sociedad montaron en cólera y salieron en busca de la prensa.
El rector andaba de viaje por Turmekistán y el vicerrector de extensión andaba a su vez con día de asuntos propios. El resto se fue escabullendo por los rincones, entre avergonzados y acojonados. Total, que finalmente me pillaron por banda (y eso que yo pretendía ocultarme) y tuve que improvisar un discurso sobre la responsabilidad de la sociedad para con su universidad y del buen hacer de nuestros profesores que, seguramente, estaban todos en sus clases y, como aquí la docencia es lo primero, no se habrían dado cuenta de la coincidencia del horario con las clases de todos. Lo de ser el inspector de servicios me ha venido bien, pues he garantizado que en eso del cumplimiento de las clases somos como los monjes cartujos con el rezo.
Claro, que uno de los "agentes sociales" ha dicho por lo bajini: "Si, con el rezo y con lo de dar por culo". Sólo espero que no terminemos siendo despellejados por el periodista compañero de tertulia. Eso si, al menos en esta ocasión la culpa no ha sido mía, por lo que otro recibirá las coces...

En fin, Serafín, el día se jodió un pelín.

17 noviembre 2005

Tengo el departamento hecho unos zorros

¿Me voy o no me voy?

Esta mañana ha venido a verme el secretario del departamento. Es un chico joven que está reuniendo méritos para la convocatoria de maricón el último y hace unas actas que son todo un ejemplo de amor por el detalle. Demasiado, hasta el punto de que tras la primera que redactó hubo que pedirle que dejara de consignar la hora de llegada de cada uno y los momentos en los que se producían las risas. Bueno, a lo que vamos, que siempre termino marchándome por los cerros de Úbeda.
Ha venido esta mañana mi secretario y me ha pedido que planteemos una reunión del departamento para hablar de mi sustitución. No puedo decir que me coja de sorpresa, pues ya me había informado de que el compaginar ambos puestos no era demasiado ético ni legal. La cosa es que yo me hice el sueco, más que nada a ver cuánto tardaban en el departamento en respirar. Y parece que han tardado menos de lo esperado. Eso es señal de que la distancia disipa el poder. No obstante, el pobre del secretario tiene cara de muerto mientras me explica que posiblemente, a lo mejor, qué ya sería casualidad, qué sólo si yo lo veo bien, lo que tú digas Macareno.
Hoy ha sudado un par de kilos. Después de hacerlo sufrir poniendo cara de cabreado, cosa que hago francamente bien, le he rogado que se apreste a convocar el consejo de departamento y que abra un plazo para la presentación de candidaturas a la dirección. Sabe que no es el procedimiento habitual. "Precisamente", le digo, "no es habitual que alguien tenga que sustituirme".
Ahora me queda esperar para ver si alguien tiene huevos de sacar la cabeza sin hablar primero conmigo. El que lo haga que se de por follado. Me lo cargo en la votación como que mi madre me puso por nombre Macareno. Que no ha nacido aún el profesor de economía que se atreva a toserme en este departamento.

AMEN, dice el secretario.

Jesús, Jesús, qué cruz.

16 noviembre 2005

Los del OPUS se meten hasta en la sopa

Opus Dei, mei, pa mí

Yo ya sabía que la Obra estaba inserta en el campus y que sus tentáculos llegaban a todas partes. Incluso, todos conocíamos la pertenencia de uno de nuestros compañeros al tinglado religioso. De lo que no tenía ni idea era del poder que habían logrado alcanzar en alguna de las facultades relevantes. Por lo visto, esto me lo cuenta el becario pelota, también entre los alumnos han logrado una buena posición a través de una de las asociaciones estudiantiles. Se llama ADios y su lema es "Dios nos ama y nuestros padres le pagan".
Y, hay que reconocerlo, lo tienen claro. Saben perfectamente a quienes tienen que buscar. La estrategia que siguen es utilizar a los hijos de los miembros a nuevos adeptos, a poder ser con padre adinerado y cierta flojera mental. Una vez cazado el lobato, se le dora la píldora, se le hace creer que es tan importante que Dios quiere y puede hablar con él y se le lleva de ejercicios espirituales. Los pobres vuelven de allí un tanto sonados y casi ninguno logra recuperarse. Obviamente, el objetivo es acrecentar el poder del grupo a través de los poderosos. Una vez adormecida la conciencia del joven toca ir a por el padre. Ese segundo paso suele fallar, pero a veces aciertan. Y termina toda la familia de ejercicios en Salamanca. Y digo yo que el ejercicio debe ser con el brazo y la cartera porque lo único que vuelve más delgada es la cuenta corriente.
Evidentemente, como eso de hacer donaciones es fiscalmente problemático, siempre se puede esconder tras una transacción económica: yo te vendo una parcela improductiva a precio de regadío y así no hay que pagar más que el impuesto de transmisiones. Y encima luego, uno se puede deducir la reducción de capital que supone la pérdida de valor de la parcela.
La cosa es que a lo tonto, a lo tonto, se han hecho con una cuota de poder interesante, llegando a controlar parte del presupuesto para extensión: ahora me explico la profusión de misas académicas.

En fin Mari Luz, que estos del Opus son una cruz...

15 noviembre 2005

El humo se materializa

Y lo hace en forma de billete de avión

No hay quién entienda a la gente de la política. Yo hubiera pensado que después de lo de la consejera nadie del gobierno autónomo iba a llamarme, al menos mientras ella siguiera en el cargo. Me equivoqué, y de lejos.
Supongo que también a esas alturas dar pequeñas puñaladas puede resultar agradable. Y debe ser que yo soy un puñal de lo más dañino, pues aunque cueste trabajo creerlo, el tener de enemiga a la consejera de ciencia y urbanidad es el camino más corto para llamar la atención del consejero de relaciones internacionales. Así acabé siendo invitado como representante andaluz en un seminario internacional en Bolivia que versaría sobre nuevas tecnologías y su utilización en la universidad.
La verdad que no me apetecía demasiado el viaje, pero era una forma de reivindicarme ante el rector, que había visto la entrevista y me telefoneó nada más terminar el programa para recordarme que estaba muy cerca de suspender definitivamente la prueba. Y, a mí, eso de suspender una prueba no me pasaba desde lo del carnet de conducir, que por no estudiarme el teórico me lo suspendieron seis veces. Supongo que es difícil de creer a estas alturas, pero en aquellos tiempos los profesores de autoescuela eran "alguien" y me tomaron manía. La pista me la suspendieron tres veces. Pero, eso sí, el práctico lo saqué a la primera.
El problema es que no tengo muy claro de que voy a contar en ese curso. El MacGuffin me ha salido finalmente rana, pues se supone que debe servir para distraer la atención del tema principal, pero no para convertirse en el argumento principal. Me veo poniendo al becario a buscar información sobre Internet y sus usos en la docencia. Claro que hubiera sido mejor el haber tenido al informático para esto, pero es un coste que no tengo empacho en asumir.
Bueno, lo mejor es que no he estado en Sudamérica y es siempre un aliciente lo de darse una vuelta por el otro lado del mundo. Aunque, no es por nada, hubiera preferido Brasil. Para que engañarme.

Bueno Mari Cruz, nos vemos en Santa Cruz.

14 noviembre 2005

Quiero ser una Tv Star

Y verme en panorámica

Me lo temía. Sabía que iba a jugar con fuego. Ha sido una entrevista complicada, tanto que me he tomado el día de hoy libre para reflexionar. He echado del despacho al becario pelota con la excusa de que se mueva por el campus para obtener información basada en los alumnos y he cerrado la puerta con llave; total, nadie va a echar de menos al inspector de servicio.
Todo empezó bien, si acaso habría que añadir que me encontraba un tanto nervioso, pero no demasiado. La primera parte de la entrevista se movió en el terreno de las que ya había contestado por la mañana, así que todo estaba en el guión. No obstante, el cámara no paraba de reírse, lo cual contribuía a ponerme más nervioso. Y yo, cuando me pongo nervioso, me da por sudar. Y sudo mucho. Así llegamos al primer intermedio. El cámara risueño me pasó una caja de pañuelos de papel para que me secara. Los focos del estudio me producían un terrible calor, lo cual contribuía al sudor y a ponerme aún más intranquilo.
En estas comenzó la segunda parte del programa y, con ella, mi calvario mediático. El tío cabrón, tras recapitular todo lo que habíamos hablado con anterioridad, me sometió a un tercer grado. Espero no dejarme nada:
Vínculo
Hijo de puta entrevistador: ¿Don Macareno, es cierto que usted, en la celebración del 200 aniversario de la universidad, intentó abusar sexualmente de la señora Consejera de Ciencia y Urbanidad?
Macareno: Eso no fue exactamente así. En realidad fue un accidente.
HPE: Ya, pero ¿no iba usted ligeramente achispado, por no decir completamente borracho?
M: Hombre, borracho no iba, sólo un poco contento. Y no intenté abusar de ella. Se me cayó el birrete.
HPE: ¿Qué birrete?
M: Cual va a ser, el del traje académico.
HPE: ¿Y no se puso usted ese traje para poder echar el birrete sobre el escote de la consejera?
M: ¿A quién se le ha ocurrido esa estupidez?
HPE: A nadie, D. Macareno. Y si no, juzguen ustedes mismos ...

Pusieron unas imágenes en las que se me veía saludar y luego intentar recoger el birrete. Pero a una velocidad distinta a la real, mucho más acelerada, con lo que la situación resultaba enormemente cómica. Los sudores se habían convertido en las Cataratas del Niágara. Y las manchas de los sobacos comenzaron a juntarse a la altura del pecho.

HPE: ¿Sigue manteniendo sus afirmaciones?
M: No sólo las mantengo, sino que en cuanto salga de aquí iré al juzgado de guardia a ponerle una demanda. Ustedes han modificado la velocidad de la grabación adrede.
HPE: Bueno, si usted lo dice. Pero, ¿no es cierto que usted lleva dos años sin apenas dar una clase? ¿Y que sus alumnos se quejan sistemáticamente de su forma de impartir las clases y calificarles?
M: Mire usted, yo he venido a hablar del Unimatrix y del H24. Pero, con todo y con ello, le diré que doy las clases que me corresponden por ley, descontando las compensaciones por cargos diversos y en cuanto a los alumnos, el problema es que yo exijo mucho y ellos no están acostumbrados a mi método de trabajo. Método que incide en su capacidad para generar sinergias entre ellos y en la búsqueda del conocimiento mediante la ampliación de los horizontes de sus mentes con un profundo trabajo de biblioteca. ¿Cree usted que el equipo de gobierno de la universidad habría puesto a la zorra a vigilar el corral? Si yo fuera como usted insinúa, el rector habría demostrado mucha irresponsabilidad.
HPE: Ya, pero se comenta que usted utiliza métodos, digamos, mafiosos para el logro de sus objetivos y...
M: No siga por ahí, o tendríamos que explicar cómo es posible que su televisión siga emitiendo sin haber pagado los seguros sociales de los trabajadores en dos años, o que le hayan encargado desde el ayuntamiento una serie de documentales que obviamente no podrá hacer o que...
HPE: Bueno, bueno. Dejémoslo por hoy. Ha sido un placer tenerle con nosotros, D. Macareno. Y disculpe si ha creído que le ofendíamos. Fue sin intención.

Salí de allí echando leches. Eso sí, logré dos objetivos: desde ahora participaré en la tertulia una vez al mes. Y el segundo: cuando dije lo de los seguros sociales, el cámara dejó de reir.

Si es que Mari Luz, lo de la televisión es una cruz.

11 noviembre 2005

El MacGuffin

Vendo humo, oiga

A veces los planes salen rebién. ¿Quién me lo iba a decir? Hoy me han llamado de dos periódicos para que les comente algo sobre la cortina de humo que me inventé ayer. Nada más lejos de mi intención que defraudar a la prensa. Así que no sólo les he contado todos los pormenores (inventados para la ocasión), sino que le he puesto un nombre acorde con los tiempos que corren: "Unimatrix".
Incluso, me han pedido que acuda mañana a un programa de televisión. No obstante, me da un poco de miedo pues resulta que el presentador del programa local es un conocido terrorista herciano que se dedica a despotricar de todo lo divino y de lo humano. Todavía me acuerdo de cuándo lanzó una campaña contra un compañero de departamento que había osado romper con el mensaje oficial de los políticos provinciales. El muy capullo (que encima es de la perversa oposición) osó decir que el sector del ovino había crecido un 20% en el ejercicio anterior. Se montó un pollo terrible. Todo el mundo relacionado con el sector se le echó encima y este personaje se tiró un telediario completo acordándose de él. Que si una prostituta le había arreado a su cliente con el bolso después de que éste le pidiera que le tratara como a un bebé de teta, el comentarista terminaba la noticia diciendo "¿sabrá el señor Úbeda lo que es una teta humana, porque las de las ovejas no debe saber cómo son?"
Vamos, que es más peligroso que un mono con metralleta. Y, encima, es de esos que saben de todo. Me parto de risa cuando veo las tertulias que organiza. Son en plan mesa camilla (yo creo que graba los programas en su casa) y no deja hablar a nadie. Con todo, lo realmente increíble es el poder que tiene. Cuando llega a una rueda de prensa es impresionante ver lo solícitos que son con él los políticos. Y es más increíble cuando oyes lo que dicen en cuanto se da la vuelta. Realmente, mis sentimientos hacia él son contradictorios, de un lado me repele su forma de informar, pero por otra me quito el sombrero ante su capacidad para influir y, creo que no exagero, para hacer eso que los modernos llaman formar opinión. Yo prefiero llamarle mandar.
Nervioso como una debutante en sociedad me encuentro a unos minutos de partir para el estudio (es un decir). Y es que, encima, el programita es a una hora bastante intempestiva. Así que lo que suceda ya lo contaré mañana.

09 noviembre 2005

La resaca

Y algún sueño con la consejera

Sus túrbidos pechos se acercaban a mis labios mientras yo intentaba separarme de ella. Y no era porque no me gustaran, que ciertamente eran muy deseables, sino porque el olor a meados me echaba para atrás... Menos mal que me desperté a tiempo para dejar de sufrir. Pero no pude evitar que mi esposa notara la erección y quisiera aprovecharla.
Al margen de eso, hoy he tenido que proveerme una nueva pantalla, así como aguantar las burlas de algunos de los que presenciaron el affaire con la alto cargo. Es increíble como la suerte de un hombre puede cambiar radicalmente de la noche a la mañana. Sin ir más lejos, mi caso. Creo que el rector me ha mantenido en el cargo por el simple hecho de que me nombró hace muy poco. Si hubiera llevado un año, ahora sería otro de esos cadáveres que vi ayer consustanciarse en el acto de aniversario. Y no es que yo sea especialmente observador, sino que esta mañana he recibido un emilio del rector en el que me decía: "estás a prueba".
Y lo que es peor, me he enterado que la asociación de universitarias progresistas quiere iniciar una campaña en mi contra al considerar mi comportamiento para con la consejera de denigrante y machista. Todo lo cual me sorprende, más que nada porque no tenía yo fichada a esa asociación. En vista del cariz de los acontecimiento he decidido sacar de la chistera un MacGuffin. Vamos a lanzar a los medios una campaña para concienciar a los profesores de la importancia de la tutoría por internet y también vamos a poner en marcha el Plan 24H, consistente en que ningún alumno se quede sin respuesta a sus preguntas por correo electrónico más de 24 horas.
¿Por qué es un MacGuffin? Pues porque hemos sabido que casi ningún alumno usa ese medio y, desde luego, la incidencia de la campaña sobre la comunidad universitaria (que vota) no será importante.

Ay, sin pantalla plana, el ordenador es una cruz.

08 noviembre 2005

Caminando (borracho) entre dinosaurios

Algunos de ellos, muy, pero que muy gordos ...

Hoy se han celebrado los 200 años desde la fundación de la Universidad. Si no fuera por que soy del equipo de gobierno y tengo la obligación de acudir, me habría tomado libre el lunes y habría hecho un acueducto de viernes a martes. Pero había que ir. Qué remedio.
Y, a diferencia de la inauguración del curso, en esta ocasión hay mucha gente del grupo ese al que denominamos fuerzas sociales en el campus. Para la ocasión se ha reunido a todos los antiguos rectores que siguen vivos. Ha sido divertido, pues era como un desfile de momias, de cadáveres que fueron cayendo desde la cumbre a los abismos. Nadie se engaña en eso, el final de casi todos los rectores viene a través de una derrota electoral, y el que es derrotado es un cadáver.
Se había preparado una recepción gigantesca y no cabía un alfiler. Me tuve que vestir con la toga doctoral y el birrete ese de color naranja butano, que mira que es feo. Ya antes de salir del despacho comenzaron los problemas, la manga izquierda se me enganchó en la nueva pantalla plana del ordenador que se hizo añicos contra el suelo. Maldiciendo mi mala suerte salí al pasillo que estaba inundado por un escape en un grifo del aseo de las chicas. Remangándome las faldas fui saltando de charco en charco por el pasillo. El dilema estaba entre sujetar el birrete o remangarme. Obviamente, con los saltos, el birrete acabó cayéndoseme a uno de los charcos.
Así que me uní a la ceremonia tarde y con el birrete apestando a orines. Tanto que, durante gran parte de la misma, los compañeros de alrededor no paraban de mover las narices a diestro y siniestro. Los elefantes son animales gregarios, igual que los universitarios con el traje de romano. Debieron pasárselo en grande los civiles viéndonos caminar como los dinosaurios gigantes, lentos y torpes. Como movernos era tan complicado, la mayor parte de nosotros optamos por quedarnos al lado de una mesa. Al cabo de una hora de estar haciendo codo en la mesa, no era muy consciente de lo que estaba diciendo ni a quién.
Llegados a este extremo, caminar con el traje se hace aún más difícil. Como no iba a mejorar la situación a corto y quería acercarme al alcalde que se movía de mesa en mesa con grácil soltura, pensé que lo mejor era ir al despacho y deshacerme del engorro del birrete. Sin embargo, antes de abandonar el cóctel aún me dio tiempo a dar un poco más la nota, ya que al pasar junto a la consejera la saludé con un enérgico golpe de cabeza que provocó que mi birrete acabará en su generoso escote. Y, claro, con los nervios y el vinillo haciendo de las suyas al querer cogerlo terminé propinándole un masaje en sus senos. Los colores se me iban y venían a la vez que al escolta de la consejera le daba un ataque de risa.
Avergonzado y con paso inseguro llegué al despacho y me deshice del traje, no sin antes enganchar los faldones en una montaña de expedientes que terminaron en el suelo. Para colmo, al intentar volver a poner los papeles en su sitio me corté en la mano con los cristales de la pantalla. Con tanto ajetreo se me fue pasando el mareillo pero, por el contrario, cuando regresé al recinto de la fiesta ya no quedaban más que unos cuantos profesores jóvenes tonteando con unas alumnas. Ni rastro de la consejera manoseada ni del alcalde de pies ligeros.

Mari Cruz, a veces, apenas me da la luz.

07 noviembre 2005

La noche de Jalogüín

Las estupideces de los alumnos, a veces, me sorprenden

Mira que ya me lo espero casi todo de todo el mundo. Pero lo de los alumnos de este año es la pera. Resulta que como el viernes casi nadie vino (comenzando por mi) no pudieron celebrar la horterada esa de fiesta de disfraces yanqui. Así que han decidido hacerlo hoy. Lo primero que nos ha chocado a los de la zona noble del campus ha sido lo cutre de los disfraces; se ha notado demasiado que los han improvisado sobre la marcha. Lo segundo ha sido la tontería de ir por los despachos pidiendo golosinas. ¡Mira que son atontaos! ¿No se dan cuenta del ridículo que hacen?
Pues, no sólo no se dan cuenta, sino que además se recrean en la suerte haciendo fotografías. Me han comentado que pensaban estar todo el día por los despachos, a ver si pillaban muchos caramelos. O cigarrillos, que también les vale.
No recuerdo haber sido tan cabestro cuando joven. Esta generación de la LOGSE por momentos parecen chicos muy centrados, como se enfundan una sábana con dos agujeros y te piden chucherías. Debe ser que tanto Gran Hermano les reblandece las neuronas y, las que quedan sanas, las especializan en pensar jilipolladas. A su edad ya estábamos nosotros jugando a ver quien se corría antes... ¡Juventud...!
Con todo, lo que más me ha jodido es que, de haber sabido que iban a cortar las clases para esto, me hubiera quedado en casa, descansando, o metiendo las direcciones de los amigos en mi nueva agenda electrónica.

¡Que pesado es aguantar esta cruz, Mari Luz!

05 noviembre 2005

Sábado fiesta, cuento 10 y me como una...

Qué le den por saco a la Universidad por unos días. Me he tomado el día libre, que para eso llevo una semana de órdago y no he podido descansar en casa. No se que me pasa, no duermo bien. Y eso que no tomo más que 4 ó 5 cafés al día (nunca me afectó el café para conciliar el sueño); antes me tomaba hasta 10. Claro que ahora me tomo de 4 a 5 nestís. lo mismo eso tiene algo que ver.

Pero ahí no queda todo. Desde hace unos meses, mi mujer se ha vuelto loca. No perdona una sola noche sin que hagamos el amor, y eso, quieras que no, acaba cansando lo suyo. Ya le he dicho por activa y por pasiva que entre la falta de sueño y sus requerimientos, luego no tengo la cabeza en condiciones y, tal y como están las cosas en la uni, no puedo permitirme andar durmiéndome por los pasillos. ¿Pues no va y dice que o lo hace conmigo o que se busca a otro (preferiblemente, cubano, como las famosas)? Que no va a estar ahora aguantándose las ganas, que ya no se va a quedar preñada.

Vamos, que entre el estrés de la universidad y el acoso sexual al que me tiene sometido mi santa, es que me encuentro agotado y necesito un descanso. Total, el sábado es el día de todos los santos y los albañiles no trabajan. Y si ellos no lo hacen y tienen un día libre más, ¿Por qué voy a tener yo que hacerlo, sin beneficiarme del puente? Además, cuando la fiesta cae en domingo se suele pasar al lunes, pues ésta me la paso yo al viernes.

Me pienso ir de pesca a primera hora, luego se me va a estropear el coche y no voy a poder regresar hasta las diez o las once de la noche. Y mientras me "arreglan" el coche, me voy a echar un sueñecito de los que hacen afición. Y si mi mujer se busca un amante cubano, mejor; así no me da más la vara. Vamos, que estoy dispuesto a buscarle al chico un puesto de becario en la universidad. Eso sí, en el departamento de Alberto, que así le meto un submarino.

Dame el descanso bendito, San Benito.

04 noviembre 2005

La venganza de Ulzana

Nadie escapa de Macareno

La sombra del ciprés es alargada, pero no menos que la de Macareno Fernández. ¿Quién habría soltado el rumor en la cafetería?

La primera sospecha recayó sobre el becario pelota, podría haberse dejado llevar por el entusiasmo y hablar más de la cuenta de su trabajo. Como casi siempre, opté por el círculo para llegar al destino. Le dije que se le acababa la beca. En un primer momento creo que se le saltaron las lágrimas. Pero luego, entró en mi despacho y me amenazó con contar al rector lo de mi base de datos. Le dije que el rector lo sabía. Se sorprendió y me amenazó con contar que no pagué el regalo de la jubilada para vengarme de que no le pusiera matrícula a mi hijo.

Entonces le tranquilicé. No había sido él. Se daba cuenta de su poder sobre mi, y hubiera sido una estupidez poner en peligro su futuro con una indiscreción. Le había juzgado mal, creí que sería más sencillo manejarlo: ahora sé que algún día me intentará apuñalar. Estaré preparado.

Ahora todo apuntaba al anterior becario. Seguí sus pasos hasta una empresa de consultoría. Pedí hablar con el gerente y le puse al corriente de sus actividades como conspirador en la universidad y le persuadí de la conveniencia de prescindir de sus servicios y hacer correr la voz. A nadie le gusta tener a un conspirador en su empresa. Ese no va a volver a programar en su vida más que la lista de la compra semanal. Nadie se mete con Macareno y sale indemne.

Que agradable es la venganza, Maria Fernanda.

02 noviembre 2005

La reunión con el rector

Las ventajas del pensamiento estratégico

Desde siempre, desde que tengo uso de razón, me ha gustado plantearme, ante situaciones difíciles, todos los cursos de acción posibles, desde los más esperados, hasta los más improbables. Casi nunca acierto, pues la gente suele ser menos previsible de lo que me gusta pensar. Con todo, este tipo de ejercicio en la universidad obtiene sistemáticamente mejores resultados que en el resto de ámbitos, aunque no se me ocurre el porqué.
La cuestión es que mis pasos en la cafetería han llamado la atención de algunos desconfiados, y éstos han ido con el chisme al rector. Parece que se ha corrido el rumor de que estoy preparando un fichero con datos comprometedores de todo el profesorado. Incluso alguno de los principales elementos del equipo de gobierno han llegado a alertarle sobre la peligrosidad que ello entraña para la propia institución y para la imagen del mismo rector.
Evidentemente, no puedo confirmarle la historia. A estas alturas ya se que lo que se diga en la cafetería, ya sea verdad contrastada o falso rumor, acaba convirtiéndose en verdad oficial. Así que, si no se puede negar, habrá que ocultar parte de la verdad. Así que intenté prever todos los cursos de acción posibles, desde que me pidiera la dimisión, hasta que me ascendiera a vicerrector. He aquí los cursos de acción previstos:
  1. CAC (curso de acción común): Le cuento que la información que recopilo es sólo de los opositores y que, en realidad, es más una maniobra para meterles miedo, que para utilizarla en realidad.
  2. CAME (curso de acción más esotérico): Me pedía que ocupara el vicerrectorado de profesorado por mis indudables cualidades psicológicas, y yo acepto, claro.
  3. CAPEM (curso de acción de probabilidad elevada-media): Me pide la dimisión, yo le amenazo con lo de su negociete, él se raja y me nombra vicerrector de profesorado.
  4. CAPME (curso de acción de probabilidad muy elevada): Me cree a pies juntillas y la cosa se queda en nada.
  5. CAES (curso de acción especialmente seguro): No me cree, pero se da cuenta de la utilidad de la herramienta, me valora como enemigo útil al que tener contento y todo sigue casi igual: mi poder real aumenta.
Acerté. Si no lo ves claro, es por que no caes....

Mari Cruz, que los ciegos vean la luz.

01 noviembre 2005

Cosas que te diría con sólo mirarte

Por ejemplo, hijoputa

Si uno pudiera decir lo primero que se le viene a la cabeza, sin miedo a las consecuencias o a los malos rollos. O a las malas interpretaciones. Pero no se puede, qué lastima.
Aunque si se pudiera, posiblemente a día de hoy no tendría que vivir pendiente de las Alquen para mitigar los efectos de la úlcera. Por ejemplo, podría haberle dicho hijoputa a Dorado; y se lo hubiera dicho con sólo mirarle. Cuando se estaba ventilando lo de mi plaza de catedrático, se abrió una especie de veda para que se pudieran incorporar profesores de enseñanzas medias con doctorado. El muy cabrón puso su currículum encima de la mesa y amenazó con presentarse a la plaza si no se le admitía en el departamento.
Posiblemente a este payo nadie le había explicado cómo se hace esto de la Universidad, que antes de poder amenazar hay que chupar mucho banquillo, tanto más cuanto más brillante se sea; y que nadie, repito, nadie puede pensar en ponerme a mi entre la espada y la pared. Pero el muy borde lo hizo y, hay que reconocerlo, su ridiculum no era malo del todo. Hubiera dado igual, yo tenía tres votos, pero no me quise arriesgar. Le hice prometer que no pediría la titularidad antes de dos años, pensando que en ese tiempo lo lograría poner bajo mi égida.
Me equivoqué, no sólo no lo puse bajo mi manto, sino que rápidamente pasó a comandar el grupo de los respondones departamentales. Eso sí, a día de hoy puedo decir con orgullo que aún no ha sacado la plaza y que mientras que yo sea director de departamento no podrá serlo. Me pasé un año sin convocar el consejo de departamento para que no pudiera hacer la petición, luego le rechacé en la comisión de gobierno la entrada en el orden del día del punto, no dejando tampoco turno de ruegos y preguntas durante otro año y, en la convocatoria de maricón el último, logré que sus compañeros de área se pusieran de mi lado, ante el temor de éstos a que lograra ser catedrático antes que los veteranos (que a mi que no lo van a lograr).
Pues bien, me he enterado de que hace un año pidió el favor a un compañero de Dirección de Empresas que le aprobara al hijo con un 4,5. Ya se que muchos lo hacen (yo no me rebajo por medio punto, sólo por la matrícula o el sobresaliente). Finalmente el chico aprobó, como todos los que tenían 4,5. Pero eso el no lo sabe, ya que llamó para dar las gracias. Conociéndole, seguro que tiene mala conciencia.

No le llamaré hijoputa... pero lo dejaré fuera de juego. ¡Por mi MariCruz!

30 octubre 2005

Construyendo el futuro

Teoría del globo de aire caliente

Un globo de aire caliente tiende a subir. Bien, yo soy el globo, pero para calentar el aire necesito combustible, y ese combustible son los chismes que de cada uno me cuenten los demás. Hoy he comenzado mi labor. Inicialmente he ido usando una libretilla, pero al cabo de dos entrevistas no me ha quedado más remedio que plegarme a la evidencia: con la libretilla no voy a ganar para lápices y papel. Consecuentemente he decidido cargar al presupuesto del departamento una grabadora de voz la mar de moderna y pequeña. La he llevado durante horas en el bolsillo de la chaqueta y nadie se ha dado cuenta.
Con ella ha sido mucho más fácil trasponer los datos a la base que me ha construido el becario. Por cierto que el muy subnormal me ha dicho que, moralmente, no puede ayudarme a introducir los datos de la gente, que cree que esa información podría ser usada de mala manera y que dimite. Peor para él, no he tardado ni dos horas en encontrar a un sustituto, uno que del que me hablan nada más que regular pues dicen que es un poco pelota. No saben que estos son los mejores para este tipo de trabajo: no ha pestañeado; e incluso, por su cuenta, ha metido información sobre los presidentes de las asociaciones de estudiantes.
Si este chico es capaz de acabar la carrera, le auguro un precioso futuro en esta Universidad, siempre que vaya de mi mano, claro.

Mari Luz, que cruz.

29 octubre 2005

La primera comisión de gobierno

Sorpresas te da la vida

Y de las gordas. No sabía yo que esto de la inspección iba a permitirme estar sentado en la reunión semanal en la que se deciden los destinos de todos los cretinos de esta nuestra Universidad. Y de los otros también. La verdad es que me esperaba algo más de calor por parte de los vicerrectores; me ha parecido que les incomodaba mi presencia, sobre todo al de profesorado y planes de estudio. En cuanto he notado su mirada desafiante, me han dado ganas de saltarle al cuello, pero lo haré más tarde, cuando tenga suficiente munición contra él en mi base de datos.
El tema principal del día ha sido la petición del departamento de historia medieval para la anulación de una plaza de catedrático de Universidad en la que se había valorado como patente de invención un golpe de golf supuestamente creado por el candidato. También se le habían considerado 300 artículos publicados en su propia revista (mira, uno que tuvo la misma idea que yo y la puso en marcha). El debate fue tremendo, aunque rápidamente se hicieron dos bandos, uno que postulaba por anular el concurso, otro que pedía la repetición del mismo. El vicerrector de profesorado mantenía que se habían cumplido las normas y que objetivamente el hallazgo del golpe era una patente, por mucho que el perfil de la plaza era el de historia de las instituciones medievales. Alguno de los decanos se llevó las manos a la cara para que no se les notara la risa, pues de todos es sabido que el "vice" es un gran aficionado al juego de los palitos y los hoyos. La cosa fue subiendo de tono, hasta que el decano de la Facultad de Humanidades nos hizo saber que en el resto de España se choteaban de nosotros por el tema éste y que era tanto más grave por cuanto que se había amortizado hacía pocas fechas la cátedra de Alfonso Reláñez, un tipo importante en el área de conocimiento.
En realidad yo asistía a la discusión absolutamente alucinado. ¿Cómo era posible que nadie reparara en la cuestión principal? Finalmente, no me pude contener y pregunté, "¿Y éste? ¿De quién es? Vamos, que ¿de qué lado estarán en las elecciones?" Todos me miraron como a un bicho raro. En eso, el rector, que hasta ese momento no había hablado, sentenció el asunto: "Anularemos el concurso". Y no me cupo duda de a que bando debía sus lealtades...

28 octubre 2005

Mi reino por un becario (otro)

O la historia de la mesa

¡Vaya día placentero! A este paso voy a terminar la semana pensando que me he muerto y he llegado al cielo. Para comenzar, he solucionado el problema de la mesa. Repasando las fichas de los alumnos he recordado de pronto a José Ignacio, un chico que comenzó la carrera cuando yo llegué a esta Universidad. Era el típico enteradillo de la clase, siempre haciendo gracietas y puteando a los profesores. Vamos, que era un mamón. Tanto, que a muchos nos cayó suficientemente mal como para tenerlo durante 8 años dando vueltas por el Campus. Claro, que tampoco era ningún mérito, el jodido dedicaba tanto tiempo a elaborar chascarrillos que no le daba para estudiar lo más mínimo. Así que que fue arrastrándose año tras año, sacando un par de asignaturas por aquí, otro por allá. Hasta que sólo le quedó una, la mía. Recuerdo que le dije que se olvidara de ir aprobando hasta que yo me jubilara...
He buscado su teléfono recurriendo a los datos de las matrículas, tras pelearme otra vez por lo de la privacidad de los datos: total, quién se va chivar... Cuando se ha creído por fin que era yo el que le hablaba, le ha cambiado la voz. Si quieres terminar la carrera en media hora, vente para acá con un catálogo. Resulta que su padre es el dueño de uno de los comercios de muebles de la ciudad, así que a lo mejor consigo una mesa gratis y demuestro de paso a los malhablados que no sólo estoy en la política universitaria para chupar del bote. Ha tardado lo que un relámpago en bajar de las nubes a la tierra, y menos aún en llamar por teléfono a su padre. A cambio de la única matrícula de honor de todo su expediente me ha provisto con una mesa más grande que la del rector. Incluso, cuando su padre se ha enterado, ha mandado en el pedido un par de sillas como muestra de agradecimiento. Para que luego digan que no hay gente buena en el mundo... Me siento mejor después de esta buena acción.
Pero aún me quedaba lo de la base de datos. Y es que no soy especialmente hábil en el manejo de ordenadores, así que he pedido un becario para elaborar un programa de control. Mañana tendré la entrevista con tres candidatos que me han buscado. Con lo que me he ahorrado en la mesa podremos pagar su salario de 40.000 pesetas durante 6 meses. ¡Toma ejemplo de gestión eficaz!
Y es que, Mari Cruz, a veces me acerco tanto a la luz ...

27 octubre 2005

Somos mafia

Para qué negarlo

El día de ayer pasará a la historia personal de éste que suscribe como el día que amaneció de noche y anocheció saliendo el sol. Heme aquí, en el flamante despacho del inspector de servicio. (Por cierto, no me gusta la mesa, no se corresponde con el nivel del cargo, ya veré como cambiarla). A primera hora ya tenía en la puerta a los operarios cambiando el nombre de la placa, y el correo electrónico no ha dejado de recibir mensajes de apoyo y felicitación.
Mis tareas prioritarias esta mañana han sido dos. De un lado, me he dedicado a reorganizar la ordenación académica del departamento, de forma que me he quedado con tres créditos de doctorado, y tres de una asignatura optativa. Los primeros seguramente no se llegarán a impartir puesto que no estamos cubriendo el número mínimo de matriculados para poder impartir el programa de tercer ciclo; y los segundos se los he endosado a uno de los nuevos que me ha pedido que le dirija la tesis. Favor por favor, le he dicho. De otro lado, me he tenido que pelear a muerte con los de Recursos Humanos para que me dejaran acceder a la base de datos del personal de la Universidad. Se escudaban en la Ley de Protección de Datos, pero les he convencido con dos argumentos básicos: uno, que es imprescindible para un control efectivo del cumplimiento de los trabajadores, y dos, que si no me lo daban, se lo contaba al rector y, que ya habían visto el caso que me hacía el jefe. Mano de santo, oiga.
Aquí los tengo, todos los datos personales de los profesores y PAS de la Universidad, todo dispuesto para el control. Aunque ya comenzaré mañana, de momento, hoy he trasladado los cachivaches al nuevo despacho, he realizado las gestiones que menciono y he cumplimentado a los adictos en la cafetería del edificio del rectorado. Para mañana he convocado reuniones con todos los decanos de facultad. Luego me dedicaré a los directores de departamento. Poco a poco, que durante este curso hay tiempo. La idea es crear una red de informadores y mantener un base con las preferencias de cada uno de ellos, cosas como si cumplen con las clases, con quién toman café, si tienen líos extramatrimoniales y cosas por el estilo. Para las próximas elecciones veremos si tenemos éxito...

26 octubre 2005

Lío en la tutoría

La visita del inspector de servicio

Las tutorías siempre me han parecido una pérdida de tiempo. La mayoría de las veces sólo supone un castigo al profesor, que se ve obligado a permanecer en ellas mientras los alumnos pasan por la puerta mirándole de reojo y entrepensando eso de "jódete, cabrón". Así que, como nunca me ha gustado perder el tiempo, simplemente no las cumplo. Sólo aparezco por ellas a final de curso, cuando vienen algunos buscándote y la cosa sería más descarada.
Hoy, sin embargo, no han sido los alumnos, sino el inspector de servicios. Mira tú por dónde, y yo que pensaba que lo del inspector era una mera leyenda urbana, uno de esos puestos que sólo tienen por fin aumentar el sueldo del afortunado, sin más obligaciones que hacerse unas tarjetas de visita y sentarse en su despacho. Pero, y otra vez andamos con lo del escalafón, éste que tenemos ahora se ha tomado en serio su trabajo y se ha dado un paseo por todos los edificios apuntando las horas de tutoría de los profesores. Y, luego, el muy cabrón, no ha tenido otra cosa que hacer que comprobar si se cumplían.
Por lo visto no he sido el único, ya que el casillero estaba repleto de sobres como el mío. Pero no me sirve de consuelo: últimamente mi imagen se está deteriorando fuertemente y eso nunca es bueno si uno quiere llegar a ser rector antes de jubilarse. Pues, a lo que iba, el asqueroso me informaba que intentaron localizarme dos veces en horario de tutoría y que no fue posible, que esperaba hubiera una explicación razonable ya que si no, se vería obligado a abrirme un expediente informativo. En un primer momento me puse a pensar excusas convincentes, pero al rato me di cuenta que un catedrático como Dios manda no anda rebuscando ideas en el aire, ni perdiendo el tiempo con pensamientos que no llevan a ningún sitio. Y, además, yo soy un hombre de acción. Y recordé aquello de que situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. Sólo había una opción: la cafetería.
Me costó cuatro invitaciones, pero al cabo de 6 horas tenía lo que me hacía falta. Con la carta en la mano y con un as en la manga me fui a ver al susodicho inspector. Al principio noté cierto regocijo en su manera de tratarme, pero cuando le comuniqué que moralmente él no estaba capacitado para reprenderme tuvo la clarividencia suficiente como para ponerse a la defensiva. Resulta que en su plaza de titular, uno de los miembros del tribunal no llegó a la constitución del mismo, y se hizo la presentación de los méritos sólo con 4 miembros. Me replicó que él no había tenido la culpa, que había sido cosa del departamento. "A mi me da igual, o dejas de joderme o date por jodido", le dije. Y es que, para intimidar, nada como el lenguaje barriobajero que tan bien se me da.
Un par de horas después, el capullín había dimitido para regocijo de un buen puñado de profesores y, lo mejor de todo: mañana tomo posesión como nuevo inspector de servicios. Mi primera tarea será reorganizar el horario para habilitarle tiempo a mi nueva responsabilidad. La segunda, será elaborar una base de datos con los incumplimientos de los demás... Presiento que voy a disfrutar, sobre todo cuando recurra a los trapos sucios que voy a coleccionar.
Mari Luz, a veces la vida deja de ser una cruz.

25 octubre 2005

Una de cal... Y otra de arena

Cosas de tribunales
Vaya marrón que me ha caído... Lo único que me consuela es que el mío es infinitamente menor que el del capullo de Alberto. Resulta que una de las mías se presentaba a una plaza de titular de escuela de la hornada de maricón (/ona) el (la) último (-a) (que hay que ser políticamente correcto). Es una chica mona de esas que sabes de antemano que no dará problemas, alegrará la vista y asentirá obsequiosa en las votaciones. Vamos, una de esas que pasarán sin pena ni gloria y que, por tanto, jamás podrá hacerte sombra. Y no como el subnormal del nuevo (cada vez que recuerdo que me impugnó el concurso, se me llevan los demonios).
La cosa es que la chica quería de presidenta de tribunal a una colega de Asturias, famosa ella por su talante poco acomodaticio. Ya desde el principio me parecieron ganas de ponerse en entredicho, pero ella, erre que erre; que si yo siempre le había dicho lo buena que era, la asturiana no iba a ser menos y, de paso, podría contactar con ella, pues llevaban tiempo trabajando en los mismos temas. Mira que hay que ser tonta, la pobre. La cosa es que el día del ejercicio, y después de que nuestra candidata (que iba en solitario) contara su currículum ocurrió algo realmente inesperado. La presidenta del tribunal arremetió contra ella acusándola de plagio en varios de sus trabajos. Pero eso no es lo peor, lo realmente desastroso es que en dos de ellos yo había firmado también. Sentí ganas de meterme debajo de la silla, aunque afortunadamente se me pasaron pronto. El resto de miembros del tribunal decidieron que, en esas condiciones, no se podía continuar con el ejercicio y la plaza fue considerada desierta. Nada más salir el tribunal de la sala tuve que perseguir a la asturiana hasta el aeropuerto para convencerla de que yo no tenía nada que ver con las copias, que había sido cosa de la chica y que había puesto mi nombre para que los trabajos tuvieran más relumbrón. Y que yo había aceptado para ayudarla. Creo que la convencí, aunque no termino de entender sus últimas palabras: "No te esfuerces Macareno, que todos te conocemos bien..."
Vamos, que estoy por echar a esa estúpida del departamento y sustituirla por alguien que al menos sea cuidadoso y no se le ocurra plagiar a su presidente de tribunal.
Eso sí, la de arena vino del departamento de química. Resulta que a una plaza de catedrático de escuela universitaria, el presidente del tribunal (Alberto, a la sazón, alma máter de la funesta oposición) animó a una candidata de fuera a presentarse. La cosa es que se cargó el currículum del candidato de la casa, un buen hombre, de esos que siempre están dispuestos a ayudar (a los nuestros, claro). Finalmente votó por él, pero tras garantizarse 4 votos en favor de la extranjera. Lógicamente, ella ganó la plaza. Pero, y ahora viene lo bueno, al ser titular de escuela el candidato de casa y al comprometerse el departamento a amortizar una plaza por cada nueva, tienen que echar a un prometedor asociado que, para más inri, es sobrino del opositor. Qué dulce elixir es la desgracia del enemigo...
Así que yo jodido, pero ellos más, que mira que tenemos zopencos en este campus, Mari Luz. Y yo cargando con esta cruz.

24 octubre 2005

Los derechos de un catedrático

¿Quién dijo que el despotismo se había terminado?

A veces uno tiene que viajar a otros lugares del mundo para comprobar que el escalafón aún mantiene su importancia. Este fin de semana, releyendo mi diario (por cierto, es maravillosa esta aplicación pirata que me han pasado) he descubierto que la pérdida de respeto en nuestros días hacia lo que suponen la edad, la autoridad y la academia es brutal. Y lo es por un doble motivo, el primero por lo que supone de pérdida neta de respeto hacia mi persona, y el segundo, por el incumplimiento de las expectativas que ha supuesto para mi generación. Nosotros tuvimos que ser sumisos y obedientes y decir a todo que sí, incluso tuvimos que traicionar. Se hacía a cambio de un futuro en el que seríamos los reyes. Ese momento se supone que es hoy, pero hacerse respetar se ha convertido en una terrible batalla diaria.
Ni que decir tiene que no me quejo de mi situación, en absoluto, sólo que me hubiera gustado llegar a dónde estoy en los años 50. Eso si que eran tiempos de respeto, qué recuerdos ... Como en Venezuela. Hace dos años me invitaron a un curso en Caracas. Los responsables universitarios latinoamericanos aún conservan ese respeto hacia los galones del que vengo hablando. Pusieron a mi servicio un taxi para todos mis desplazamientos: ¡un chófer particular! Meses después regresé, y la situación en el país no era tan buena como en la vivita anterior y, sin embargo, el taxi seguía en la puerta del hotel. Algunos compañeros, simples titulares, me comentaron que en esa ocasión sólo estaba disponible para los desplazamientos a la universidad, pero yo lo seguí usando para todo. Y nadie osó pedirme que pagara, ¡eso es respeto y lo demás es tontería! Igualito que aquí, que se organiza una comida de departamento y hay que pagarla a escote, catedráticos incluidos.
Aunque lo mejor del viaje a Caracas fueron las noches. Lo de ser europeo, catedrático y blanquito de piel tiene su atractivo entre las venezolanas, que hay que ver lo buenas que están desde muy pequeñas. Se me hace la boca agua de pensar en aquellos cuerpos. Qué ganas tengo de regresar. Habrá que inventarse algún curso para volver. No sé, tal vez algo sobre gestión de empresas petroleras.
Mientras aquí va llegando el invierno. Ah... Mari Cruz, la vida sin merengue es una cruz.

19 octubre 2005

Internet, ¿qué Internet?

La nueva economía, la sociedad de la información y la madre que las parió.
¿Pues no han cortado los puertos para el intercambio de ficheros con el burrito? Coño, para una utilidad práctica que le encuentro a Internet y van y me la capan. Estos del servicio de informática no saben que hacer para fastidiar al profesorado. Primero fue lo del Napster, ahora el burrito. Y, entre medias, nos obligan a rellenar las actas por Internet, a publicar los programas en Internet y a todo por Internet. Qué rollo de Internet. De momento, mucho decir que quita trabajo y que ahorra tiempo, ¡será para los PAS!
Pero lo peor de todo son esos profesores que se han unido entusiásticamente al mundo de los gurús de la nueva economía y que hablan todo el rato de lo obsoleto que son los ladrillos y la importancia del conocimiento y todo lo demás. Yo, a estos, les contesto siempre de la misma forma: "la potencia sin control no sirve de nada, que diría Ronaldo".
Los ladrillos, finalmente, valen un montón y si no, mira el precio al que se han puesto los pisos (puro ladrillo). Ahora, los profes enrollados ponen toda la informaciónen sus webs personales y los alumnos pueden acceder a los contenidos de la asignatura desde los enlaces que ellos elaboran. La moda es "virtualizar" la enseñanza.
¡Y una leche! Sólo es más trabajo para el profesor. Y trabajo especializado, que yo estudié con una Casio.
Esta cruz, Mari Luz, sólo se soluciona con un becario de investigación en economía e informática que sea mañoso en la elaboración de las páginas web esas de los güev-OS.

18 octubre 2005

Tengo una alumna puta

Y luego dicen que los humanos no deberíamos hablar de razas, que a nivel genético no hay diferencias que lo justifique. Pues a nivel de genes puede, pero a nivel morfológico no hay color. Tengo una alumna en clase que es como una modelo rubia de catálogo de ropa interior. Es rusa y, como es sabido, en esta provincia las rusas o trabajan en la agricultura o son putas. Y ésta tiene la piel tan clara que no puede trabajar en el campo.
Desde que leí en un periódico local que hay estudiantes que se pagan la carrera con la prostitución tengo de forma repetitiva el sueño de que alguna de ellas vendrá a rogarme que le apruebe a cambio de lo que sea...
Así que ahora estoy deseando que esta rusita venga a tutorías. Se lo he comentado a Pedro, diciéndole que me lo había contado Álvaro antes que saliera de mi círculo de amistades por la puerta de atrás (de paso, le hundo un poco más) y me ha dicho que eso es una leyenda urbana y que la chica esa es hija de un empresario ruso o algo así. Espero que se equivoque.
La verdad es que la primera y única experiencia de ese tipo que he tenido en mi vida académica no fue con una chica, sino con un joven que se empeñó en revisar más profundamente su examen. Yo ya le había notado algo raro en clase, pero no se me ocurrió que fuera sarasa. Se echaba muy encima con la excusa de que se lo explicara mejor. Cuando se abrió un poco más la camisa con excusa del calor en pleno mes de febrero debí haber echado a correr. Eso sí, cuando me metió la mano en el pantalón lo vi claro.
Pasé de no quererle subir la nota a darle el aprobado con velocidad del rayo. Todo con tal de que saliera rápidamente de mi despacho y de mi vida. Nunca le dije a nadie que por una décima de segundo, por un instante infinito, Macareno Fernández Socías pensó en besar a un hombre. Joder, María Jesús que a poco me clavo en la cruz.

17 octubre 2005

La cátedra

Con tres votos se hace catedrático a un poste de telégrafos
Tres votos, sólo tres votos. Pero, claro, antes hay que lograr que el departamento saque a concurso la misma. Y que te aprueben los nombres del presidente y suplente que tú eliges, pero que nombra el consejo de departamento. Y que tenga el perfil que te convenga. Y que no la paren en el rectorado, como le ha pasado a Álvaro. Mira que es capullo el pobre. Ni siquiera sospechó de que le aprobáramos a la primera la petición de cátedra. Pues claro que se la aprobamos. ¿Cómo no íbamos a hacerlo si sabíamos que en el rectorado la iban a parar? El día de la votación el gozo fue absoluto, grandioso. Viéndole tan feliz, anticipaba lo que sabía sucedería. Hoy se le ha comunicado: no podrá pedir la plaza hasta que no haya al menos tres titulares por cátedra. Y aún falta uno para cubrir las dos que ya tenemos...
Cuando aún éramos amigos, no hace mucho en realidad, yo pedí la mía y con su apoyo logramos que el requisito legal no fuera tenido en cuenta. Pobre. Ya sé que mi oposición no fue de las mejores, y que hubo cachondeo para un mes con el tema, pero hoy cobro el plus, luzco en e escalafón y, con un poco de suerte, consigo el gallifante en la próxima convocatoria (hay que saber elegir a los becarios). Y, mientras, él tendrá que pudrirse unos añitos en el infierno. Con todo, a día de hoy nadie recuerda el repaso que me dieron los miembros del tribunal, lo que quedó para la posteridad fue la manifestación más inoportuna de mis problemas urinarios.
El médico me recetó mucha agua, y la mucha agua trae consigo mucha presión en la vejiga. Yo había bebido un par de botellines de agua durante la exposición del tema y una gran taza con una tila inútil antes de entrar. Así que a las dos horas de sesión, cuando el presidente del tribunal se encontraba en medio de una tremenda perorata sobre la inconsistencia de mi bibliografía, no pude más. Durante el discurso del secretario ya había comenzado a sentir cierto dolorcillo, que se transformó rápidamente en una copiosa sudoración y una alarmante subida de tono en la piel de la cara. Intenté aguantar hasta el final pero no pude y tal como lo sentía lo dije, pensando que susurraba: "No puedo más, me meo". Salí corriendo de la sala ante el desconcierto de una parte y el jolgorio de la mayoría. Volví al cabo de unos minutos, con el pelo bien atusado y esmerándome en tapar con la chaqueta una mancha que acusaba mi incontinencia.
De la risa, al presidente se le olvidó que más quería decir y se terminó el martirio. De momento, porque durante la comida de vez en cuando alguien me sugería que fuera al servicio por si las moscas. Lo que tiene uno que soportar a veces, Mari Luz. ¡¡Ay!! Qué cruz.

14 octubre 2005

Viernes sangriento

Veto al disidente.

A medida que pasan los días el curso se va animando. Las sonrisas de la primera semana van dejando paso a las primeras escaramuzas y, también, a los primeros cadáveres... Hoy la cosa ha sido un tanto rara. Por un momento me creí muerto políticamente. Resulta que el capullo del nuevo (el que impugnó la plaza) no ha retirado la reclamación y ésta ha llegado hasta el rectorado. Mi teléfono ha estado todo el día echando humo, unos dándome ánimos, otros aprovechando para hacer sangre, todos midiendo los daños para tomar decisiones sobre mi persona.
Menos mal que el control del departamento me ha permitido acceder a uno de sus amigos y, a través de una sutil presión a éste (le he amenazado con quedarse sin contrato a mediados de curso), he hecho llegar al subnormal el mensaje de que me estaba tocando esas partes de la anatomía tan delicadas (vamos, los cojones) y que mi respuesta les haría pupa a los dos. No ha tardado ni media hora en venir al campus y retirar la reclamación.
En cuanto se ha extendido la noticia por el campus (bendita cafetería) mi teléfono ha vuelto a echar humo, pero esta vez de los "que siempre habían confiado en mí". ¡Cabrones! Ahora, que Macareno sonríe, pero no olvida... Arrieritos somos y en el camino nos encontraremos, y yo añado: "y con el arado nos las compondremos ..."
María Jesús, que cruz ...

13 octubre 2005

Por mi madre

La génesis de mi nombre

Nunca se lo había dicho... Hasta que me encontré en su lecho de muerte, cogiéndole la mano y sintiendo sus latidos declinar poco a poco. "Me has marcado", le dije. "Al llamarme Macareno, me jodiste para los restos, madre". Me miró con lástima, o con miedo, y murió.
Durante años tuve que soportar las risas de los compañeros de colegio y, luego, los chistes de los alumnos que han llegado a crear todo un nuevo género literario, el macarenismo, que consiste en hacer rimillas con mi nombre o buscar un mote, lo más humillante posible. A lo largo de los años me han llamado Caramelo, Calimero, Macareno el mamporrero, etc. La costumbre de tratar a los alumnos de usted, y el alto volumen de suspensos son un caldo de cultivo ideal en el que el nombre añade la guinda indispensable para culminar el pastel.
La historia de mi nombre es singular. Mis padres se tiraron muchos años intentando tener un hijo, pero no lo lograron. En un viaje a Sevilla, mi madre le pidió a la Macarena que le concediese el don de la preñez y, ya puestos a pedir, que fuera una niña. Así que cuando al regresar del viaje le comenzaron las náuseas (que ya no la abandonaron hasta el momento del parto) dio por hecho de que sería niña... Y que se llamaría Macarena.
Pues se llamó Macareno y para colmo de desgracias hace unos cuantos veranos a Los del Río les dio por aquello del "Dale a tu cuerpo alegría Macarena, eeeeee Macarena". El cachondeo fue tan grande que en la entrega de becas de la licenciatura, los alumnos se arrancaron con el Macarena justo después de terminar el "laudeamus igitur". Esta vida es una cruz, Mari Luz.

12 octubre 2005

El proyecto de tesis

Hay que ser cabrito, lo reconozco. A lo de hoy se le llama apuñalar en pecho ajeno. El inocente de Álvaro, antiguo amigo de gambas, compañero, opositor a la entrada de mi sobrina en el departamento y, hoy, número uno en el top ten de enemigos públicos, ha presentado el proyecto de tesis de uno de sus colaboradores. Resulta que el muy julandrón mandó al chaval a hacer los cursos de doctorado al departamento de Histología Comparada y ahora quiere que le aprobemos el proyecto en Economía Complicada.
Antes del Consejo de Departamento he reunido a los jóvenes –la mayoría de los cuales han captado el mensaje del otro día–, y a los que están pendientes de plaza les he ido llamando a lo largo de la semana para indicarles que voten no o que se pongan malos y no vengan. La votación ha sido un paseo marcial, aunque hay que apuntar algunas cuestiones en el debe de las afrentas, que ya habrá tiempo de saldarlas. Uno de los nuevos no sólo se ha señalado al defender la idea de la universalidad del conocimiento y el dislate de obligar a un economista a leer la tesis en departamento tan distante, sino que luego ha votado a favor del proyecto. ¿Qué cómo lo sé? Muy fácil, recogiendo las papeletas de la basura y comparando la letra con la de los miembros del departamento (no hay más que mirar la lista en la que apuntamos el número de fotocopias que hacemos). A lo que iba, que lo he calado y con él ya son dos las ovejas descarriadas. Ya sé que me repito, pero en esta puta sociedad ya no se respeta el escalafón.
Finalmente, tres han votado a favor: el díscolo, Álvaro y un tiempo parcial recién incorporado desde otra área, que es como un extraterrestre. Y en contra, el resto. A eso es a lo que yo llamo un departamento unido. Como diría Anibal Smith: "me encanta que los planes salgan bien". Pero hay que ver lo que cuesta mantener la cohesión (conmigo, por supuesto), y es que Mari Luz, esta vida es una cruz.