30 noviembre 2005

Preparando la clase de doctorado

Quién me mandaría a mi ...

Mira que lo pensé. Tenía que haber sido más resolutivo y haberle cortado la cabeza al becario pelota por haber ido buscando voluntarios para el curso de doctorado. A veces este muchacho se pasa de servicial. Bueno, qué le vamos a hacer, al menos le adornan otras cualidades que le hacen útil para la vida universitaria.

Cuando me encuentro gente como ésta, siempre me acuerdo de un venerable profesor que tuve en cuarto de carrera que me decía que para la universidad hacían falta personas inteligentes, sólo personas inteligentes, que ya había suficientes necios fuera. Qué equivocado que estaba el pobre. En la universidad sólo hacen falta unos pocos inteligentes y muchos necios. ¿A qué se iban de dedicar si no los primeros? A manejar a los necios, obviamente.
A lo que vamos, a ver si siguiendo la vieja táctica de los romanos de divide y vencerás logro que los alumnos no asistan al curso. "Metodología científica" se llama el curso, y es de los obligatorios. He pensado poner un horario imposible para la mayoría y facilitar en lo posible la no asistencia. Para evaluarlos, como siempre, un trabajito, y nadie con sobresaliente, si acaso un par de notables y el resto aprobados y no presentados.
El primer año sentí algo de congoja cuando para dar los notables pesé todos los trabajos y les puse esa nota al más pesado y al más ligero. Claro, que se me pasó rápido. Ahora ya no siento nada. Bueno, si, mucha satisfacción cuando los uso para encender la chimenea en los días fríos de invierno.
El día 2 de diciembre comienza el espectáculo.

Si no fuera por el becario pelota ... este curso sería un full. Ay que lastimita Mari Cruz.

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