14 octubre 2005

Viernes sangriento

Veto al disidente.

A medida que pasan los días el curso se va animando. Las sonrisas de la primera semana van dejando paso a las primeras escaramuzas y, también, a los primeros cadáveres... Hoy la cosa ha sido un tanto rara. Por un momento me creí muerto políticamente. Resulta que el capullo del nuevo (el que impugnó la plaza) no ha retirado la reclamación y ésta ha llegado hasta el rectorado. Mi teléfono ha estado todo el día echando humo, unos dándome ánimos, otros aprovechando para hacer sangre, todos midiendo los daños para tomar decisiones sobre mi persona.
Menos mal que el control del departamento me ha permitido acceder a uno de sus amigos y, a través de una sutil presión a éste (le he amenazado con quedarse sin contrato a mediados de curso), he hecho llegar al subnormal el mensaje de que me estaba tocando esas partes de la anatomía tan delicadas (vamos, los cojones) y que mi respuesta les haría pupa a los dos. No ha tardado ni media hora en venir al campus y retirar la reclamación.
En cuanto se ha extendido la noticia por el campus (bendita cafetería) mi teléfono ha vuelto a echar humo, pero esta vez de los "que siempre habían confiado en mí". ¡Cabrones! Ahora, que Macareno sonríe, pero no olvida... Arrieritos somos y en el camino nos encontraremos, y yo añado: "y con el arado nos las compondremos ..."
María Jesús, que cruz ...

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