06 octubre 2005

El trabajo que me gusta de verdad

Si la Universidad fuera sólo esto...

Hoy he disfrutado de mi trabajo. Hoy me siento realmente productivo. Resulta que en la facultad de Económicas tenemos un decano que le cae bien al rector, pero que no se deja aconsejar por mi. Y eso no es de recibo, es saltarse el escalafón de mando; que a la gente se le da un cargo y enseguida se olvidan de su puesto en el mundo.

Bueno, la cosa es que como le cae bien al rector, hay que quitarle la silla pero sin que se note. Como se acercan las elecciones, hemos lanzado el bulo de que se presenta Hipólito, un actual miembro del equipo decanal con ínfulas de honrado e idealista. Vamos, un peligro y, además, con conocidos vínculos con la perversa oposición.

En cuanto se ha corrido la voz (no hay nada como un desayuno en la cafetería del campus para hacer rodar un rumor) han retemblado los cimientos del edificio decanal.

Inmediatamente, los partidarios del actual decano se han dividido y hemos logrado meter la cuchara. La pena ha sido el que el candidato alternativo no ha pasado por el aro. ¿Es que a todo el mundo le ha entrado la fiebre de la integridad?

¡Qué cruz, Mari Luz!

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