07 noviembre 2005

La noche de Jalogüín

Las estupideces de los alumnos, a veces, me sorprenden

Mira que ya me lo espero casi todo de todo el mundo. Pero lo de los alumnos de este año es la pera. Resulta que como el viernes casi nadie vino (comenzando por mi) no pudieron celebrar la horterada esa de fiesta de disfraces yanqui. Así que han decidido hacerlo hoy. Lo primero que nos ha chocado a los de la zona noble del campus ha sido lo cutre de los disfraces; se ha notado demasiado que los han improvisado sobre la marcha. Lo segundo ha sido la tontería de ir por los despachos pidiendo golosinas. ¡Mira que son atontaos! ¿No se dan cuenta del ridículo que hacen?
Pues, no sólo no se dan cuenta, sino que además se recrean en la suerte haciendo fotografías. Me han comentado que pensaban estar todo el día por los despachos, a ver si pillaban muchos caramelos. O cigarrillos, que también les vale.
No recuerdo haber sido tan cabestro cuando joven. Esta generación de la LOGSE por momentos parecen chicos muy centrados, como se enfundan una sábana con dos agujeros y te piden chucherías. Debe ser que tanto Gran Hermano les reblandece las neuronas y, las que quedan sanas, las especializan en pensar jilipolladas. A su edad ya estábamos nosotros jugando a ver quien se corría antes... ¡Juventud...!
Con todo, lo que más me ha jodido es que, de haber sabido que iban a cortar las clases para esto, me hubiera quedado en casa, descansando, o metiendo las direcciones de los amigos en mi nueva agenda electrónica.

¡Que pesado es aguantar esta cruz, Mari Luz!

No hay comentarios: