18 noviembre 2005

El lío social del Plan Estratégico

Al menos, no estaba yo

... Y, por eso, no quedé mal. Si ya la Universidad tenía mala fama, lo de hoy ha sido para cerrar la puerta y tirar la llave. No ha podido ser más bochornoso. Resulta que estamos haciendo un Plan Estratégico de la institución. Es este un macroproyecto en el que se quería involucrar a la mayor parte de los profesores y, desde luego, a esa sociedad que siempre nos acusa de actuar a sus espaldas.
Como el equipo rectoral tiene claro que es muy importante que haya mayor conexión con las fuerzas sociales, en parte para que se mojen en la financiación de la Universidad, en parte para paliar la desastrosa imagen que tenemos, se optó por crear un grupo de "Relaciones Universidad Sociedad: el binomio perfecto". Hoy era la primera reunión del grupo y llegada la hora de la misma, de la sociedad estaban casi todos los integrantes, pero de la universidad faltaban todos menos la coordinadora. Los representantes de la sociedad montaron en cólera y salieron en busca de la prensa.
El rector andaba de viaje por Turmekistán y el vicerrector de extensión andaba a su vez con día de asuntos propios. El resto se fue escabullendo por los rincones, entre avergonzados y acojonados. Total, que finalmente me pillaron por banda (y eso que yo pretendía ocultarme) y tuve que improvisar un discurso sobre la responsabilidad de la sociedad para con su universidad y del buen hacer de nuestros profesores que, seguramente, estaban todos en sus clases y, como aquí la docencia es lo primero, no se habrían dado cuenta de la coincidencia del horario con las clases de todos. Lo de ser el inspector de servicios me ha venido bien, pues he garantizado que en eso del cumplimiento de las clases somos como los monjes cartujos con el rezo.
Claro, que uno de los "agentes sociales" ha dicho por lo bajini: "Si, con el rezo y con lo de dar por culo". Sólo espero que no terminemos siendo despellejados por el periodista compañero de tertulia. Eso si, al menos en esta ocasión la culpa no ha sido mía, por lo que otro recibirá las coces...

En fin, Serafín, el día se jodió un pelín.

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